Editorial

PRESUNTA VISITA OFICIAL DE ESTADO DE XI JINPING
La reunión sostenida en Lima entre el canciller Javier González-Olaechea con la ministra (a) de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, vinculada al desarrollo e incremento de relaciones bilaterales, permite deducir que ambos habrían tratado, preliminarmente, sobre una potencial visita oficial de Estado del presidente Xi Jinping en el contexto de la cumbre de líderes de las 21 economías con membresía en el Foro Económico Asia Pacífico (APEC), a realizarse en la capital peruana en noviembre de este año.
Dicha presencia estaría vinculada con la puesta en marcha del megapuerto de Chancay, obra de gran envergadura en el norte chico a cargo de las empresas Cosco Shipping (China) y de la minera Volcan (Perú), que estaría lista en casi un 80% para ese entonces; vale decir, ir preparando una agenda concreta, en la cual habrían otros documentos oficiales relacionados con los ámbitos económico, comercial, infraestructura, cooperación, educación, cultura e innovación tecnológica. Perú y China están en negociaciones para ampliar el vigente Tratado de Libre Comercio (TLC) y cuentan con una Asociación Estratégica Integral (AEI), además de que el gigante asiático es una de las mayores fuentes de inversión extranjera directa y es el principal receptor de las exportaciones peruanas.
El proyecto portuario, por cierto, genera voces a favor y en contra. Los primeros, porque contribuirá a impulsar el desarrollo del país y, por extensión de América del Sur; el comercio entre China y América Latina supera los 350 mil millones de dólares (teniendo como ejes neurálgicos a Manzanillo, Colombia, y Los Ángeles de EEUU), y se acerca a duplicarlo en un plazo no mayor de 10 años, y el 90% del intercambio actual es marítimo. Los segundos, preocupados por la posición estadounidense –por tema de influencia estratégica militar-, la permanente inestabilidad política (siete presidentes en poco más de 6 años)- y la casi generalizada corrupción que socavan la estructura estatal, amén de irregularidades e incumplimientos en el contrato.
Al respecto, eso hace notar la importancia de remozar la ley de cabotaje, para hacerla eficiente y adecuada a los tiempos, y favorecer una –ahora inexistente- marina mercante peruana, para convertir a Chancay en un real hub regional y plataforma exportadora/importadora. El tiempo, que siempre apremia, marcará el resultado, que esperemos sea óptimo para las partes involucradas.
Párrafo aparte. Si bien el desempeño de la economía nacional marcha cual cangrejo desorientado, se está a la expectativa que con el relevo en el Ministerio de Economía y Finanzas, José Arista por Alex Contreras, la situación pueda enrrumbarse: recuperar el dinamismo de crecimiento económico, con confianza e impulso a la inversión privada; fortalecer y articular los sectores del Estado; y, aplicar con efectividad los recursos estatales.

Carlos Acat Koch
Editorialista