Guerrera y justiciera
Luisa Kuoman Wong no recuerda con precisión cuando empezaron a reconocerla con el patronímico Yossy o Jossy, pero sí tiene presente que un día, a los 50 años de edad, decidió dejar la silla y el escritorio de oficinista en un importante bufete de abogados de Lima y lanzarse, literalmente, no solo a las aguas del mar Pacífico (que la esperaban con las olas abiertas de par en par) sino a luchar por lo propio con esforzado emprendimiento.
Acaba de cumplir 65 almanaques y siempre aparece juvenil y con positivo talante, sin requerir los clásicos retoques artificiosos, manteniendo ese espíritu de equilibrio desde que se percató que era el cordón de unidad organizativa entre sus hermanos mayores y los menores, actuando con sentido de equidad y clamando responsabilidad.
En ese andar de independencia, Jossy o Yossy ha recorrido el mundo, solo le faltan el Polo Norte y el Polo Sur, no con manos vacías sino llevando siempre mensajes originales, sea como coach de vida, en misión de negocios internacionales u organizadora de eventos intelectuales y deportivos. Por ello su término favorito es “trabajo”, para alcanzar las metas de la vida y ser digna descendientes de sus ancestros chinos, impulsando ser útil en la sociedad, y su lema, como nadadora incorregible, “al mar se le tiene respeto, ni miedo ni temor”.
Además, cuenta con dos libros en su haber “Nadadita” y “Loto”, con la editorial española Casa de Cartón, traducidos en cinco idiomas, que sintetizan experiencias, conocimientos y riesgos; ambas ediciones son un buen recetario, compendio, de enseñanzas de qué hacer frente a la realidad, como el caso de la Covid-19.