COCINA PENINSULAR

Ni china ni japonesa

Foto: Marcos Míguez/La Voz de Galicia

Los nombres de sus empresas son conocidos por todos. Las firmas automovilísticas Hyundai o Kia, la de televisores LG, o los neumáticos Hankook, por no hablar del gigante Samsung, Pero si hablamos de mandu, bibimbab, bulgogui, duruchigui o yapche seguro que a la mayoría no les suenan estos palabrejos de nada.
«Somos famosos por nuestras empresas y somos grandes exportadores, pero es el momento de dar a conocer nuestra cultura milenaria y nuestra cocina», explican los propietarios de restaurantes coreanos. Por el momento, como la mayoría de los negocios de comida, solo pueden servir a domicilio (delivery) o en forma restringida y esperan incrementar su capacidad presencial en breve, presidido por una enorme bandera de su país y con una decoración con toque asiático pero nada recargada.
Comida callejera
El dakgangiong es una fritura de bolas de pollo recubiertas de salsa dulce y con trozos de cacahuete (maní) tostado. Entre paréntesis indican que es un plato picante. «La carta tiene mucho de la comida callejera, que está muy de moda en nuestro países, y la cocina tradicional. A los coreanos nos gusta mucho el picante y todo lo acompañamos con arroz blanco», destaca el propietario.
Llevan pocos años en Perú y les llamó la atención la cantidad de restaurantes chinos y japoneses que hay. «Estamos cerca de China y Japón y nuestra cultura es asiática, pero tenemos una gastronomía propia que es posible que nunca nos hemos arriesgado a mostrar», explican mientras señalan en la carta el nombre de mandu, que son las empanadillas coreanas fritas con carne de cerdo y verduras y acompañadas de salsa de soja. Son como las gyozas, pero desconocidas para el público occidental. «Nuestra propuesta no es ni china ni japonesa, es coreana», sentencian.
Vajilla
Cuidan los detalles. La preciosa vajilla es de bronce para que se conserve mejor el calor. Los cubiertos, de una madera elegante. «Los precios en algunos restaurantes son altos, por eso nosotros empezamos con una propuesta más contenida. Queremos que la gente experimente y se vaya familiarizando con nuestros platos». En la oferta incluyen vinos de arroz, de frambuesa y hasta una cerveza coreana, aunque hay las bebidas habituales de cualquier negocio.
Eso sí, el hilo musical del local es innegociable. «Siempre va a sonar K-pop», mencionan. La música popular de Corea del Sur cada vez tiene más adeptos en el mundo. En la foto yapche, jemulyon, bulgogui y duruchigui con la esperanza de que pronto se aprendan los nombres, como sucede con los de otros países.

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