Soñadora en tiempos de pandemia
(Foto: Xinhua-Agencia La Habana/Raúl Menchaca)
Aunque a veces la cotidianeidad es fuente directa de la vasta y reconocida obra pictórica de Flora Fong, muchas veces las ideas para sus cuadros le llegan en sueños a esta pintora cubana con profundas raíces en la cultura china. Hija de un emigrante chino, Fong acomete ahora la serie “Nasobuqueña tropical”, que confesó no le llegó desde los sueños, sino de la cruda realidad que vive Cuba y el mundo con la aparición del nuevo coronavirus.
Al menos 10 pinturas conforman hasta el momento la serie, aunque la conocida artista está segura que aún no ha concluido, porque según dijo a Xinhua, es un homenaje a las mujeres, sobre todo cubanas, que enfrentan la enfermedad COVID-19. “Sentí la conmoción de ver con mis propios ojos lo que estaba sucediendo en las calles, el drama humano tan fuerte donde la mujer es muy protagónica, y comencé a hacer los cuadros”, rememoró desde su taller en el barrio habanero de Miramar.
La serie, que comenzó el año pasado con la obra “En tiempos de pandemia”, tiene como hilo conductor el rostro de mujeres anónimas con mascarilla, que en Cuba llaman “nasobuco”, de ahí el título que las agrupa. El cuadro inicial remite a China a partir del dibujo en la parte derecha de pagodas y del carácter que en idioma chino traduce la palabra “persona”, mientras que del lado izquierdo hay una referencia a la arquitectura de La Habana, rodeada de palmas que se mecen por un viento ciclónico, una recurrencia en la obra de Fong.
Entre ambas partes, los ojos de la pintora y debajo una mascarilla, aparece el drama de la Covid-19 representado en un cuerpo presumiblemente muerto. Desde ese primer cuadro, la colección fue creciendo e incluso transmutó, porque la mascarilla que cubre los rostros femeninos se transformó en un abanico, detalle con el que la pintora rinde homenaje a Víctor Manuel García (La Habana, 1897-1969), uno de los fundadores del modernismo pictórico cubano.
Al mismo tiempo, el hecho de que la serie se titule “Nasobuqueña tropical”, es igualmente un homenaje a ese pintor, cuyo cuadro más relevante se llama “Gitana tropical”, considerado como una especie de “Mona Lisa” del Caribe. Entre la decena de obras terminadas, sobresale también “Crepuscular”, en que una mujer de ojos rasgados y pintada de rojo intenso recuerda a las figuras del teatro chino, muy popular en La Habana desde inicios del siglo pasado.
“Creo que en el mundo los artistas tienen una misión muy importante. Sobre todo nos tocó un problema que es universal, y no podemos sentir ese drama humano y no hacer nada”, comentó la pintora, quien está a punto de cumplir 72 años. La intención de Fong es que la serie sea un legado artístico a la humanidad y un testimonio de una época difícil, en que la vida humana está en riesgo.
La artista, no obstante, no tiene idea de cuándo terminará la serie, aunque está convencida de que tendrá que hacer algo sobre el personal de salud, “que está salvando vidas en hospitales y laboratorios con el ‘nasobuco’ (…) para una nueva estética artística”. Fong, quien ha viajado cuatros veces a China, la primera de ellas en 1989 cuando encontró a la familia de su padre, ahora vuelve a estudiar los elementos caligráficos y la paisajística china para incorporarlos a su pintura, sin quitar la vista de una futura exposición en China.
La pandemia de la Covid-19 suspendió la realización de una exposición que compartiría con artistas de Guangdong (Cantón), provincia del sur de China donde se localiza el municipio de Taishan, donde nació el padre de Fong y vive parte de su familia paterna.
El abuelo de Li y padre de Flora emigró a Cuba a comienzos del siglo pasado y formó familia con una mujer cubana. Una de las hijas de ese matrimonio es Flora Fong, nacida en Camagüey en 1949.
“Ojalá que ese proyecto pueda materializarse cuando todo vuelva a la normalidad”, dijo Fong, quien también se prepara para la Bienal de La Habana, que tiene a noviembre venidero como fecha tentativa. Fiel a sus raíces, la pintora tiene listos dos cuadros de gran formato con motivos chinos que formarán parte de la exposición “La Ruta de la Seda”, en la que junto a su hija y también pintora, Liang Domínguez, realizará una pasarela con ropa de seda diseñada entre ambas.
具有中国色彩的古巴艺术
一位充满奇思妙想的画家在疫情期间的创作
尽管邝秋云的大量著名绘画作品的直接灵感来源是现实生活,但很多时候,她的绘画创意来自这位与中国文化有着深厚渊源的古巴画家梦境。邝秋云是一个中国移民的女儿,她创作的“戴口罩的热带女郎”系列不是来自想象,而是对古巴和世界疫情下残酷现实的反应。
到目前为止,邝秋云已经以此为主题绘制了十幅画,但是邝秋云确切地表示这个系列还没有结束根据据她接受新华社采访时的说法,这个系列是对疫情中的妇女,特别是古巴妇女的致敬。她在哈瓦那米拉玛社区的工作室里回忆说:“我亲眼看到了街上发生的事情,女性在疫情中表现突出,我大受震动,因此开始创作。”
这个系列的特点时所有女性都带着口罩,她的画作中经常出现佛塔、汉字“人”以及哈瓦那的建筑和风中摇曳的棕榈树。
最开始,华中的女性佩戴着口罩,后来变成了一把扇子,邝秋云通过这个细节向古巴绘画现代主义的创始人之一维克多·曼努埃尔·加西亚(哈瓦那,1897-1969)表示敬意。
同时,这个系列被命名为“戴口罩的热带女郎”也是源于对这位画家的致敬,他最相关的画作被称为“热带吉普赛女郎”,被认为是加勒比地区的“蒙娜丽莎”。在已经完成的十几件作品中,“黄昏”这副画也很突出,画中一个细眼的女人被涂成浓烈的红色,让人想起中国戏剧的人物,这个形象时上世纪初以来在哈瓦那非常流行的。
“我相信,艺术家在这个世界上有一个非常重要的使命。最重要的是,我们被一个普遍存在的问题所触动,我们不能感受到这种戏剧性而无所作为,”这位即将72岁的画家说。邝秋云打算将这一系列作品看作人性的艺术纪念以及对人类生命受到威胁的困难时期的见证。
然而,这位艺术家不知道这个系列何时会结束,尽管她确信她将必须为医疗工作者做一些事。“他们在医院和实验室戴着口罩拯救生命,我从中获得了新的艺术灵感”。
邝秋云曾四次前往中国,第一次是在1989年,当时她见到了她父亲的家人。现在她重新开始研究书法和中国山水画,把它们融入到她的绘画中。她期待有天能在中国举办展览
因为疫情原因,她没有办法和广东的艺术家分享自己的创作。广东是中国南部的一个省份,台山市是其中一个城市,邝秋云的父亲出生在那里,他的部分父系家庭也生活在那里。
邝秋云的父亲在上世纪初移民到古巴,并与一名古巴妇女组成了一个家庭。邝秋云是其中一个孩子。她1949年出生于卡马圭省。
“我希望当一切恢复正常时,我的展览能够落实,”邝秋云说,她也在为暂定于11月举行的哈瓦那双年展做准备。邝秋云坚持自己的中国传统,准备了两幅带有中国元素的大幅画作,作为“丝绸之路”展览的一部分。在展览中,她将与她的女儿、同为画家的梁多明戈斯一起,穿着她们两人设计的丝绸衣服走秀。
邝秋云是一位艺术家,她用她的画笔在古巴和中国之间描画了一座五彩缤纷的文化桥梁。