BACTERÍAS PARA TRATAR AGUAS RESIDUALES

Peruana en campus surcoreano

Foto: APnoticias

La primera vez que la ingeniera ambiental Elizabeth Arenas estuvo en Corea del Sur fue como estudiante de pregrado de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNA-LM) gracias a un convenio con la Universidad de Dankook. Durante el programa de intercambio, un profesor la invitó a su laboratorio y así descubrió su pasión por la investigación en el área de microbiología enfocada al tratamiento de aguas residuales.
“Ahí conocí mi vocación y decidí que en algún momento quería regresar para terminar lo que empecé”, cuenta la investigadora peruana a la Agencia Andina. Ahora se encuentra cumpliendo su meta como candidata a magister en el Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea (KAIST, siglas en inglés), gracias a la Beca GKS que otorga el gobierno coreano a estudiantes extranjeros
La investigación que Arenas desarrolla actualmente es una innovadora técnica que utiliza las bacterias annamox y DNRA para el tratamiento de aguas residuales domésticas. Este método, explica la científica, podría reducir costos económicos y el impacto ambiental ocasionado por el modelo tradicional para depurar aguas servidas.
Las bacterias anammox se descubrieron en Europa en los años ‘90. Este microorganismo tiene un singular metabolismo capaz de generar nitrógeno, lo que lo hace ideal para remover contaminantes de aguas servidas. Desde entonces, se ha implementado en plantas de tratamiento residual en países como Corea, Japón, Suiza, Holanda y Estados Unidos.
La ingeniera peruana explica que uno de los grandes beneficios del uso de anammox es la reducción de los costos operativos, en comparación con el modelo tradicional de tratamiento de aguas mediante procesos de nitrificación y desnitrificación: “Se trata de una bacteria anaerobia, lo que significa que no requiere el uso de bombas que generen oxígeno”.
El uso de anammox también implica un beneficio para el medio ambiente. A diferencia del proceso de depuración de aguas con el método convencional, el metabolismo de esta bacteria no emite gases de efecto invernadero porque no requiere la adición de carbono orgánico.
A pesar de los beneficios de este innovador proceso, los científicos aún se enfrentan al desafío de encontrar la forma para que el proceso de depuración sea sostenible, efectivo y se pueda aplicar al tratamiento de aguas servidas de fuentes domésticas.
Por ahora, esta técnica se ha implementado satisfactoriamente para el tratamiento de aguas que, por lo general, provienen de afluentes industriales. Sin embargo, cuando se trata de aguas residuales de uso doméstico, algunos factores como la temperatura y la cantidad de materia orgánica juegan en contra de la supervivencia de anammox.

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