125 AÑOS DE LA MIGRACIÓN JAPONESA AL PERÚ

ANTECEDENTES Y ALCANCES DE UNA ANTIGUA RELACIÓN

Mujeres e hijos, con sus ropas de faena y lampas tras remover la tierra en una hacienda de Cañete (Foto Álbum Gráfico e Informativo del Perú y Bolivia de Nippo Shimpo, Colección MCIJP)

Escribe: Juan Carlos Capuñay
Ex Embajador en Singapur, Japón y China
Ex Director Ejecutivo del APEC

El Tratado Preliminar de Paz, Amistad, Comercio y Navegación entre el Japón y el Perú, suscrito el 21 de agosto de 1873, en Edo (Tokio), constituyo el primer acuerdo marco acordado por un país de América Latina con el Japón. El texto del Tratado Preliminar fue el resultado de las negociaciones para dar solución al problema surgido en torno a la nave “María Luz”, garantizando el libre tránsito por el Japón de trabajadores chinos con destino al Perú, en calidad de mano de obra para los trabajos de infraestructura y desarrollo. Sin embargo, sus disposiciones fueron más allá de la coyuntura que dio lugar a su firma, al representar una base común de voluntades para establecer vínculos económicos, políticos, sociales y migratorios.
Es a partir de esta manifestación de voluntades que años después, en abril de 1899, se registra una corriente migratoria organizada de población japonesa al Perú, la primera que se realizaba hacia un país de América Latina. Dicha migración llego al Perú abordo de la nave “Sakura Maru”, compuesto por 790 personas. Con posterioridad, cuatro años más tarde, en 1903, llegó un segundo grupo compuesto por 1400 ciudadanos japoneses. Un tercer y último grupo se registró en 1906, con 774 personas. La nave “Sakura Maru”, como parte de su travesía, arribó a las costas de Cerro Azul, circunstancia que explica el hecho que en la localidad de Cañete se encuentre el Templo Budista más antiguo en nuestra región, fundado en 1907, por el Monje Taian Ueno. El Templo Jionji fue construido en el tiempo por la Comunidad Soto Zenshu del Perú junto con los migrantes y sus descendientes, los cuales concurren regularmente a visitarlo.
Esta migración ha sido el sustento humano de un proceso integral de transculturación entre los pueblos del Perú y el Japón, cuya contribución se pone en evidencia en los distintos ámbitos de la personalidad del país, desde las ciencias, artes plásticas, literatura, música, gastronomía, entre otros. Asimismo, en la política y en la economía. La influencia nikkei ha sido un factor fundamental en el proceso de la internacionalización de la gastronomía nacional, siendo el restaurante Maido elegido por las entidades internacionales especializadas como el mejor de América Latina en más de una oportunidad.
Como una reafirmación de la importancia que tiene la comunidad de descendientes en la composición de la sociedad peruana, los Gobiernos del Japón y del Perú acordaron celebrar cada 3 de abril como el “Dia de la Amistad Peruano Japonesa”, por medio de ceremonias conmemorativas en distintos centros comunitarios y locales educativos. Además, a nivel político, las respectivas Ligas de Amistad Parlamentaria Nippo Peruana, en los Congresos de ambos países, organizan actos conmemorativos en sus sedes para recordar dicha fecha.
Sin embargo, hubo con posterioridad ciertos hechos que alteraron en cierta forma el clima de entendimiento que hasta ese momento caracterizaba esta relación, pero que felizmente no perturbó en el tiempo los cimientos ni el sentimiento en la que esta se fundaba. En el contexto de la Segunda Guerra Mundial y luego que el Gobierno del Presidente Manuel Prado rompiera relaciones con los países del Eje y asumiera una posición de total respaldo a los Estados Unidos, se dispuso la captura y deportación en masa de los ciudadanos y descendientes japoneses con destino a los “campos de reubicación” en Texas. Estos fueron despojados de sus propiedades, además de sufrir vejámenes. Empero, fue el propio Presidente Manuel Prado quien, en su segundo mandato de Gobierno, realizo una Visita Oficial al Japón en 1961, lo que en cierta manera encerraba el deseo de recomponer la situación creada. Muchos descendientes y ciudadanos japoneses con el propósito de huir de esta cierta persecución migraron al interior del país para reiniciar su vida. Otros, luego de su permanencia en Texas, viajaron al Japón. No obstante, ello, durante su Visita Oficial al Japón, el Presidente Manuel Prado no recibió gesto alguno de reproche o de resentimiento. Su Visita Oficial, que era la primera de un Jefe de Estado de América Latina al Japón luego de concluida la Segunda Guerra Mundial, puso en evidencia la comprensión reciproca y amistad mutua que hasta hoy felizmente existe entre ambos pueblos.
Tal es así que, pocos años después, en mayo de 1967, el Príncipe Heredero del Japón, Akihito, y su esposa, Princesa Michiko, realizaron una Visita Oficial al Perú, que es recordada como una genuina muestra de voluntad para acrecentar la relación entre los dos países. A su paso por las calles de Lima en auto descapotado recibieron la ovación espontánea de la gente. Fueron recibidos en el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez por el entonces Presidente de la República, Fernando Belaunde Terry, los miembros de su Gabinete Ministerial, los Presidentes de los Poderes Públicos, miembros de la comunidad de descendientes japoneses y público en general. Un gesto muy especial sucedió al momento de su traslado desde el Aeropuerto Internacional a la ciudad de Lima, un grupo de estudiantes del Colegio Sophianum, vestidas con kimonos japoneses, le ofrecieron un bello arreglo floral a la Princesa Michiko, al mismo tiempo que estudiantes de la Gran Unidad Escolar Teresa Gonzales de Fanning agitaban banderas del Japón y coreaban palabras de bienvenida en idioma japonés. Debe mencionarse que la Gran Unidad Escolar Teresa Gonzales de Fanning, fundada en 1920, era hasta antes de la Segunda Guerra Mundial el centro educativo (Lima Nikko) más importante de los descendientes japoneses. Durante su Visita Oficial, el Príncipe Akihito, conjuntamente con el Presidente Fernando Belaunde Terry, inauguraron la sede central del Centro Cultural Peruano Japonés, que hasta hoy existe en Jesús María. Su inauguración representó un homenaje a la comunidad de descendientes japoneses de la migración de 1899.
En la historia de los vínculos entre los pueblos del Japón y del Perú, debe mencionarse un acontecimiento que mostró de manera meridiana la cercanía y respeto a la comunidad de descendientes, cual fue la elección del descendiente japonés Alberto Fujimori como Presidente Constitucional en 1990. Antes de su elección, el Ingeniero Alberto Fujimori era hasta ese momento políticamente desconocido, a pesar de ser un excelso académico y Rector de la Universidad Nacional Agraria “La Molina”, uno de los centros universitarios de mayor importancia en el país. Se trató del primer descendiente japonés elegido como Jefe de Estado del país que recibió a sus antepasados como migrantes.
La amistad entre los pueblos del Japón y del Perú superó dos situaciones adversas y que en cierta manera reforzaron la identidad de sentimientos que surgió con el arribo de los migrantes en el Sakura Maru. La primera, en torno al atentado por parte del grupo terrorista Sendero Luminoso a la sede de la Estación Experimental Agraria Donoso del Instituto Nacional de Investigación Agraria (INIA) en la ciudad de Huaral, en julio de 1991, y el asesinato de 3 cooperantes de la Agencia Internacional de Cooperación del Japón (JICA). Este criminal atentado fue superado gracias a la voluntad de ambos gobiernos y la comprensión de sus comunidades. La cooperación del Japón no fue suspendida, las distintas instituciones de sus respectivas sociedades expresaron su apoyo a la respuesta que dieron las instituciones nacionales. Más aún, el comercio internacional y las inversiones no disminuyeron, sino por el contrario fueron reforzados como una expresión de apoyo a las acciones adoptadas frente a esta coyuntura. Como prueba de ello, distintas comunidades japonesas, por medio de sus instituciones sociales y políticas, efectuaron donaciones de ambulancias y camiones para uso de las unidades de bomberos en el Perú, las cuales beneficiaron principalmente a ciudades del interior del país.
La segunda circunstancia esta referida a la captura de la Residencia Oficial del Embajador del Japón en el Perú, en diciembre de 1996, durante las celebraciones del Día Nacional del Japón. Dentro de los rehenes, además del Canciller de la República y del Vice Ministro de Relaciones Exteriores, Embajadores y funcionarios de Embajadas extranjeras, altos funcionarios del gobierno y de las instituciones privadas, se encontraban un número importante de funcionarios de empresas japonesas, miembros de la Asociación Peruano Japonesa y de la comunidad de descendientes. El Gobierno del Japón expresó su solidaridad y apoyo a las medidas adoptadas por el Gobierno del Perú, incluida la participación personal del Primer Ministro del Japón de ese entonces, Ryutaro Hashimoto, quien se reunió personalmente en dos ocasiones con el Presidente Fujimori. Las expresiones de respaldo del Primer Ministro Hashimoto fueron más allá de la búsqueda de una solución a la crisis, para abordar un respaldo a las políticas de mayor espectro del Perú, como fue su decidida intervención en la inserción del Perú en el contexto global y su ingreso al APEC, lo que, sucedido meses después, en noviembre de 1997. El apoyo del Primer Ministro Hashimoto y el respaldo del Primer Ministro de Canadá fueron la clave en el proceso de ingreso del Perú al APEC. Asimismo, de manera convergente, el sector privado japonés continuó sus actividades en el Perú, descartando el retiro o la suspensión de sus operaciones, como expresión de su confianza en la fortaleza manifestada por el pueblo peruano y la comunidad de descendientes japoneses por superar la coyuntura.
En el año 1999, al conmemorarse el primer centenario de la migración japonesa al Perú, se inició la construcción de la Clínica Centenario gracias a la cooperación del Japón, las donaciones de empresas japonesas y el empeño de la comunidad de descendientes, por medio de aportes de la APJ. La Clínica Centenario fue inaugurada en el 2005, abierto al público en general y cuenta con una destacado staff de médicos especializados.
Durante el segundo gobierno del Presidente Alan García, a partir del año 2006, las relaciones con el Japón ingresaron en una etapa de franca mejoría y acercamiento entre los dos pueblos y sus instituciones, en comparación a lo registrado en los años previos. Un hecho que tuvo un especial significado para el pueblo japonés y la comunidad de descendientes en el Perú, fue el ofrecimiento de disculpas, en junio del año 2011, a la comunidad de descendientes por los vejámenes sufridos durante la época de la Segunda Guerra Mundial. Tanto el pueblo Japón, como la comunidad de descendientes, recuerdan la declaración del Presidente Alan García con mucho aprecio y admiración.
En lo que trata a la política de pueblo a pueblo, en julio del año 2011 el Gobierno del Presidente García procedió al primer hermanamiento de ciudades de ambos países, la de Palcamayo en Tarma, Junín y, la de Kembuchi, en Hokkaido, Japón. El propósito de dicho hermanamiento fue iniciar actividades conjuntas en investigación y producción de la papa. La ciudad de Kembuchi es también productora de papa y de chuño, el cual es utilizado como insumo para productos farmacéuticos e industriales. Este hermanamiento suplió un vacío que existía en las políticas de acercamiento entre ambos pueblos. Casi al mismo tiempo, se iniciaron los contactos para el segundo hermanamiento, en este caso la ciudad y el valle de Urubamba con la ciudad de Takayama y valle de Hida, ambas con importancia en la historia, por medio de Machu Picchu y el centro urbano de Takayama. Como un primer paso, en el año 2011 el Gobierno del Presidente García nombró al señor Tairiku Okada como Cónsul Honorario del Perú en la ciudad de Takayama, hecho que fue recibido con gran beneplácito por la comunidad japonesa, en razón del prestigio y especial renombre del señor Okada.
En la ciudad de Hamamatsu , en la Prefectura de Shizuoka, funciona el colegio “Mundo de Alegría”, creado por el Gobierno de Shizuoka para acoger a los hijos de los trabajadores migrantes del Perú y Brasil que, debido al escaso conocimiento del idioma japonés, no pueden concurrir a escuelas locales. El colegio “Mundo de Alegría” sigue la currícula educativa del Perú así como la del Brasil, con profesores y materiales de ambos países pagados por la Prefectura de Shizuoka. En el caso del Perú, tanto el APJ, como sus miembros respaldan sus actividades, como una expresión de su comprensión a la problemática que hacen frente los migrantes y sus descendientes. Cabe indicar que el Gobierno del Brasil reconoce la educación gratuita que reciben los hijos de sus connacionales en “Mundo de Alegría”, lo que no ha sucedido con las entidades respectivas del Gobierno del Perú. Tendría un valor simbólico muy importante que, al cumplirse el 125 Aniversario de la migración japonesa del Perú, se reconozca la educación que reciben gratuitamente los descendientes peruanos que residen ahora en Japón, por razones de trabajo. El Perú, luego de Brasil, tiene la segunda comunidad de trabajadores migrantes en ese país.
Cabe destacar también que, con el propósito de hacer permanente la sinergia positiva ente ambos pueblos, en el año 2011, durante el Gobierno del Presidente García, se procedió a la inauguración de la nueva sede diplomática del Perú en el Japón, que es considerada como la mejor de un país latinoamericano en Tokio. Su construcción incluye diseños de arquitectura cuzqueña en sus exteriores y mármol de Huancayo en los salones en su interior, lo cual fue saludado por la comunidad de descendentes japoneses que nacieron en Huancayo y otras ciudades andinas, cuyas familias se trasladaron al Japón luego de concluida la Segunda Guerra Mundial y los lamentables sucesos antes indicados.
Un episodio muy emotivo en la relación entre los dos pueblos sucedió en el año 2011, inmediatamente después del terremoto de Iwate, considerado como uno de los mayores desastres naturales a nivel mundial. Una vez conocidas las consecuencias del sismo, el Perú no solo ofreció ayuda material, sino que el Presidente García decretó un Dia de Duelo en memoria de las víctimas del terremoto. La comunidad de descendientes japoneses en el Perú acompañó de manera cercana esta muestra de solidaridad y organizó diversos actos en homenaje a las personas desaparecidas. De esta forma, el pueblo del Perú sintió como suyo el dolor del pueblo japonés.
Debe ponerse de relieve que, dentro de las actividades de cooperación en materia de investigación histórica, el 4 de febrero del 2020 se inauguró un Mirador o Torre de Observación en Nazca, gracias a la contribución del sector privado japonés y local, la Asociación Peruano Japonesa y el pueblo japonés. Este año se han iniciado los arreglos administrativos referidos a una cooperación privada que permita fondos para la conservación y mantenimiento de la nueva Torre de Observación. Todos los gastos que demandó su construcción, como ahora los trabajos administrativos para su mantenimiento, han podido cubrirse gracias a los aportes de la parte japonesa y la comunidad de descendientes.
En noviembre del 2023, en el marco de la conmemoración del 150 Aniversario de Relaciones Diplomáticas entre el Perú y el Japón, la Princesa Kako, sobrina del Emperador Naruhito, efectuó una Visita Oficial al Perú, visitando la sede de la Asociación Peruano Japonesa, los centros educativos vinculados a la misma y los centros deportivos. De esta forma, además de los actos protocolares del Gobierno, su Visita Oficial comprendió un homenaje a los migrantes de 1899 y a sus descendientes.
En la rica y antigua historia entre los dos pueblos y la presencia de la comunidad japonesa en el Perú, existe un pasaje que guarda un especial simbolismo y que refleja los sentimientos comunes e identificación que felizmente existe. La conocida promotora de artes plásticas en el Japón, de apellido Tokumitsu, muy cercana al Perú, preparó dos hermosas muñecas en piedra con adornos muy particulares del Japón y el Perú. La primera, de nombre Sakura Chan, está ubicada en el Hall Principal del Centro Cultural Peruano Japonés en Jesús María, en tanto que la segunda, cuyo nombre es Lima Chan, lo está en un parque frente al mar en la ciudad de Yokohama. De acuerdo con la historia alrededor de las mismas, se trata de dos hermanitas de una misma familia, separadas por el Océano Pacifico, que cada mañana se saludan y renuevan el mutuo cariño que las ha mantenido unidas en el tiempo a pesar de las circunstancias de la separación. Cerca al parque donde está ubicada Lima Chan, está localizado el Museo de la Migración al Perú, cuyas fotos y recuerdos son el marco mágico para el saludo de cada amanecer.

El entonces Príncipe Heredero Akihito y la Princesa Michiko en visita oficial al Perú fueron recibidos por el presidente Fernando Belaunde Terry

 

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