La Estrategia Occidental versus la Estrategia Oriental
Tendría unos 7 años cuando mi tío Enrique empezó a enseñarme a jugar ajedrez, “tío, como se juega ajedrez?” … “Tienes que capturar y derrotar al Rey, para ello tienes que ir capturándoles las piezas mas importantes, mientras mas piezas te comas y no dejes que te quiten ninguna pieza, vas a poder ganar” … fueron sin darme cuenta mis primeras lecciones de estrategia occidental, para lograr tus objetivos tienes que destruir a todo obstáculo que se te presente, el éxito se dará cuando captures al enemigo, al final del juego no existe la coexistencia, o es uno o es el otro, solo un color puede quedar vivo.
Si nos ponemos a observar la estrategia occidental muchas veces está basada en la confrontación, y no tenemos que esperar una guerra para poder presenciarlo, basta ver como actúan las empresas, como actúan los políticos y todo aquel que busca tener una mejor cuota de poder político o económico.
Jugar “I-Go” o “Go” es diferente, el objetivo no es destruir al oponente, el objetivo es terminar la partida con el mayor territorio ocupado, es un juego que se desarrolla en un ambiente de convivencia y estrategia ambos oponentes buscan la manera de ganar terreno. Este juego en la que conviven ambos oponentes está muy ligado al concepto del yin y el yang, el I-Go representa el pensamiento estratégico oriental y muchas de sus estrategias de juego están basada en los conceptos del “Arte de la Guerra” de Sun Tzu, el gran estratega militar chino.
La China es un gigante que crece a un ritmo increible y ha logrado posicionarse como la segunda potencia mundial y al paso que va estaría pronto a convertirse en la primera. Pero ser la primera potencia mundial no implica necesariamente tener un país mas próspero y en donde su gente vive acomodadamente, pues en ambos países aún existe pobreza, ser primero implica entre otras cosas tener el control del mundo que conocemos, en algún momento de la historia lo tuvo Inglaterra y luego paso a manos de los Estados Unidos y el presidente Donald Trump ha declarado que no va a permitir que la China sobrepase a los Estados Unidos durante su mandato.
Luego de la gran crisis del 2008 en donde los Estados Unidos y toda la Europa Occidental estuvo al borde del colapso, tuvieron que superar esta crisis emitiendo bonos de deuda pública, en otras palabras era como vender el país para no caer en bancarrota, y adivinen qué país fue el que más de estos bonos compró, la China, en otras palabras China tiene en sus manos las finanzas americanas porque el día que decidan vender todos esos bonos la economía americana se verá en graves aprietos.
Sin mayor discurso politiquero a lo que están acostumbrados los gobernantes occidentales, la China silenciosamente se ha aliado estratégicamente con países que no comulgan con la hegemonía estadounidense para empezar a echarse abajo la hegemonía del dólar sustentada en gran parte con el comercio del petróleo de allí que se habla de los petrodólares, pues bien China ya está logrando poco a poco que una parte del comercio del petróleo se comercie en Yuanes (y oro) y su objetivo es desplazar el dólar dentro del mundo del petróleo probablemente le tomará tiempo pero se ha propuesto hacerlo.
Gracias al gran crecimiento del empresariado estatal-privado Chino, están comprando empresas en todo el mundo sobre todo en los países que están en crisis, comprando barato, aplicando la estrategia oriental llamada Xu-Shi (虚–实) de Sun Tzu en la que aprovechas tus fortalezas para llenar los vacíos que dejan las debilidades de los otros, y vemos que han logrado comprar empresas estratégicas en países en donde ni los norteamericanos ni los europeos mostraban mayor interés.
Lo que en algún momento lo hizo el Japón, ahora los 4 bancos más grandes del mundo son chinos, sin contar que hay muchísimos bancos chinos más en los subsiguientes puestos a nivel mundial.
En pocas palabras, mientras por un lado lanzan estrategia de ataque frontal (por cierto muy mediático) por otro lado China ya tiene invadido gran parte del tablero. Mientras Trump piensa que pasar a un segundo lugar como potencia es como haber recibido un jaque mate al rey, para China la Estrategia es dominar el mundo.
Pero si algo tenemos que aprender del pensamiento estratégico oriental, es que se puede desarrollar sin tener que buscar la confrontación, ya lo decía Sun Tzu en el libro el Arte de la Guerra, la mejores batallas son las que se ganan sin tener que pelearlas.
La Estrategia Trump
Para lograr su objetivo, Trump como buen estratega occidental inicia una serie de ataques a las piezas de su oponente, inicia con una Guerra Comercial, aumentando los aranceles de importación de los productos chinos, captura y judicializa a funcionarios de empresas chinas acusándolos de espionaje o de violar las leyes norteamericanas, por último intenta acabar con una de las principales piezas, la empresa Huawei, empresa que en estos últimos años ha logrado posicionarse como la segunda empresa más grande en producción de equipos celulares superando a Apple y solo detrás de la gigante Samsung, Huawei se ha convertido en uno de los principales desarrolladores de tecnología de telecomunicaciones estando a la vanguardia y superando a los EEUU en lo que se refiere a la tecnología 5G, tecnología que según los expertos dominará el “Internet de las cosas” pues en el futuro la tendremos ya no solamente en nuestros celulares sino en todo equipo o artefacto que integre su tecnología.
La Estrategia China
De estos ataques aparentemente exitosos típicos de una estrategia occidental, o como decía de una estrategia de ajedrez, los EEUU no se dan cuenta que desde hace varios años la China ya viene desarrollando silenciosamente y sin enfrentamientos ni peleas, una estrategia al fiel estilo del I-Go, una estrategia oriental. Lejos de ganar batallas comerciales o políticas, la China poco a poco ha invadido el mundo con sus productos volviéndonos dependientes de ellos principalmente por sus precios bajos, pero no solamente los consumidores, las empresas del mundo occidental en búsqueda de menores costos de producción poco a poco han ido encargado gran parte sino toda su producción a las fabricas chinas volviéndose también dependiente de ellas. Esto en el pensamiento estratégico oriental se llama el desarrollo de una fuerza.