ADIOS AL ESTUDIOSO DE SISMOS

La desaparición de Julio Kuroiwa

“La Universidad Nacional de Ingeniería y el Perú tienen que recordar siempre la obra del ingeniero Julio Kuroiwa Horiuchi, padre de la ingeniería sísmica peruana, quien siguió trabajando prácticamente hasta el día de su fallecimiento en su oficina, donde atesoraba las aproximadamente doscientas tesis, que a lo largo de los años asesoró en nuestra universidad”, dijo el rector de ese campus, Jorge Alva, al conocerse la noticia del fallecimiento del reconocido profesional.
Para él, era imposible dejar la pasión de su vida: reducir las victimas de terremotos, tsunamis y otros desastres naturales. Luego de superar una grave infección al hígado, dedicó sus últimos meses a concluir una síntesis de sus trabajos de investigación y experiencias prácticas que denominó “Gestión del riesgo de desastres en el siglo XXI, protegiendo y viviendo en armonía con la naturaleza”, y está próximo a salir publicada.
El ingeniero y sismólogo Julio Kuroiwa murió a los 83 años luego de permanecer hospitalizado durante varios días por una afección pulmonar, y fue profesor emérito de la UNI y era consultado en el Perú y en el extranjero por sus conocimientos en la prevención de desastres.
Sus hijos, Héctor y Julio Kuroiwa Zevallos, agradecieron a todos quienes mostraron la admiración hacia su padre y por seguir sus consejos para adoptar medidas preventivas en defensa de la vida, señalando que nunca escatimó esfuerzos para ofrecer al mundo todo su conocimiento y experiencia ante los desastres naturales: “Siempre quiso convencer a los gobernantes y autoridades regionales y locales de establecer las medidas necesarias para que la gente evite vivir en laderas de los ríos, en quebradas y en zonas sísmicas”, afirmaron sus herederos.

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