DISFRUTANDO TRAS LA CUARENTENA

Retornando a la normalidad

Los habitantes de Wuhan, la primera ciudad del planeta en estar en aislamiento total, tras largos meses de aislamiento y cuarentena a rajatabla, disfrutan de un retorno a la vida normal, a tal punto que muchos de ellos no dudan en dejar la mascarilla y otras medidas de protección, aunque siempre cautelosos.
No es extraño ver jóvenes bailando en una reunión, puestos de comida abarrotados y embotellamientos vehiculares por todas partes: el paisaje de Wuhan (centro) ya no tiene nada que ver con la atmósfera de ciudad fantasma que vivieron las riberas del largo río Yangtsé.
Sus 11 millones de pobladores vivieron un duro encierro de 76 días, levantado a comienzos de abril; pues con la casi desaparición de la enfermedad en la totalidad de China, la circulación vuelve a adueñarse de las calles y plazas, pero velando también no solo por el Covid-19 sino la aparición de la peste bubónica en otra región.
Las escenas previas contrastan con las actuales, la angustia va quedando atrás, y los símbolos de la pandemia son reemplazados por otros vinculados a la época estival, con temperaturas de hasta 34 grados centígrados.
Los turistas nacionales retornan, al igual que extranjeros limpios de Covid-19, y pasean, entre ellos por la emblemática Torre de la Grulla Amarilla, y en las inmediaciones para adquirir artesanías y frutas de la estación.
Claro está que la normalidad no es total, pero las actividades económicas se van reactivando sin prisa y sin pausa. El popular centro de acopios Huanan, caracterizado por sus productos frescos, aun permanece cerrado.
En el Museo de la Revolución, otro centro turístico, una exposición permanente sobre el Covid-19 mantiene en alerta a los visitantes, presentando objetos representativos de la lucha contra la pandemia.
“Ahora, disfruto de cada día como si fuera el último”, declara la wuhanense Hu Fenglian.