Regalo visual de la naturaleza
Algunos conocen las famosas cuevas de luciérnagas de Waitomo en Nueva Zelanda, o los llamativos peces y microrganismos luminiscentes de la bahía de Puerto Mosquito en Puerto Rico. Pero en Taiwán, al llegar el otoño, tiene lugar un llamativo suceso menos conocido pero igualmente digno de admiración: decenas de miles de setas y hongos comienzan a brillar al caer la noche, decorando con sus llamativas tonalidades fluorescentes los bosques y parajes naturales de la isla.
Azules, verdes, naranjas, amarillos o rojos, los llamativos tonos de estas setas y hongos colorean las noches otoñales en Taiwán, invitando a locales y turistas a realizar todo tipo de paseos y recorridos nocturnos para poder contemplar en su pleno esplendor este fenómeno conocido como foxfire o bioluminiscencia, presente en hasta 71 especies diferentes de hongos, de las que 9, incluyendo la célebre Chlorophos mycena, pueden encontrarse en el territorio de Formosa. Los mejores lugares para contemplar este espectáculo natural están situados en el área comprendida entre Alishan y Chiayi, así como en los alrededores de los parques nacionales de Kenting.
Como la gran mayoría de hongos, este tipo de setas juegan un rol muy importante para la conservación del medioambiente y su protección. Para poder disfrutar plenamente de sus innatas propiedades, es mejor hacerlo en las horas de la noche más oscuras, ya que con la llegada de los primeros rayos de sol, su brillo comienza a perder potencia.