HISTORIA
El 3 de Abril de 1899 llega el primer contingente de ciudadanos japoneses que cruzaron el pacífico a bordo del Sakura Maru a las costas de nuestro país en el puerto del Callao, trayendo consigo grandes ilusiones, sueños y esperanzas.
En homenaje a esos primeros 790 pioneros que con sacrificio y mucho amor edificaron las bases de la colectividad Nikkei y en agradecimiento al Perú por brindarles un nuevo hogar, es que las seis generaciones descendientes celebran la gran victoria de vida, el trabajo y el amor a la familia
Desembarco en Cerro Azul, Cañete, 1913. Foto: Colección del MCIJP/ La Memoria del Ojo
El arribo al Callao del Sakura Maru, vapor japonés de origen británico a las costas peruanas un 3 de abril de 1899, trayendo a bordo 790 ciudadanos japoneses todos varones. 372 provenían de la Prefectura de Niigata, 187 de Yamaguchi, 176 de Hiroshima, 50 de Okayama, 4 de Tokio y 1 de Ibaraki; quienes partieron del “país de los cerezos” el 27 de febrero en busca de un mejor porvenir para laborar en las haciendas azucareras, fueron traídos por el entonces empresario Augusto B. Leguía. Al puerto de Cerro Azul llegaron 226 “braceros” que fueron destinados a las haciendas Casa Blanca, Santa Bárbara y La Quebrada, todas propiedad de la British Sugar Company Limited, empresa que perteneció a un consorcio inglés, en cuya gestión intervenía directamente Leguía, como administrador, por vínculo familiar, de la Testamentería Swayne. Cerro Azul fue el punto estratégico por su cercanía al muelle desembarque. Hasta allí llegaban las líneas férreas que tenían trayectos desde La Quebrada, Unanue, Montalbán y Casa Blanca, donde se efectuaban los cortes de caña, hasta el trapiche de Santa Bárbara.
Sin embargo, hay precedentes que en la Lima virreinal ya existía algunos migrantes, como indican algunos historiadores al describir que llegaron procedentes de la ciudad de Acapulco en México, al Callao entre los años 1607 y 1621 en un galeón de Filipinas o también llamado Nao de China, junto con otros chinos e hindúes, presumiblemente para trabajar al servicio doméstico.
La historia de los japoneses en nuestro país fue quizás menos dura pero también difícil como la de los primeros chinos, llamados también “coolies” (trabajadores golondrinos, término utilizado para designar a cargadores y trabajadores procedentes de la India, China y otros países asiáticos), que desembarcaron a mediados del siglo XIX, pues los primeros encuentros, con una sociedad conservadora y cargada de perjuicios, significaron desencuentros y hasta enfrentamientos, pero gradualmente hubo una integración, aunque se pasaron momentos de gran tensión durante la Segunda Guerra Mundial.
Monumento a Manco Capac obsequio de la comunidad japonesa por el Centenario del Perú
Las relaciones peruanos japonesas, después de la Segunda Guerra Mundial, y en especial en los últimos cuarenta años, se han incrementado en todos los campos, destacándose, en esencia los programas de cooperación y asistencia, así como las donaciones, hechas por los gobiernos de Tokio a sus pares peruanos. Además,
en los últimos treinta años, se abrieron las puertas del Japón para recibir a cientos de miles de jóvenes no solo de ascendencia nipona, que buscan un mejor y promisorio porvenir.
Los japoneses, a pesar de las vicisitudes, pudieron amoldarse al país que los recibió, tanto así, que nueve años después del arribo del primer contingente de migrantes, se fundara el primer colegio japonés en la hacienda Santa Bárbara en Cañete, contando con 9 alumnos y un profesor; en 1920, fue fundada Lima Nikko, que fue la escuela más importante en la sociedad japonesa en el Perú, ya que fue la primera escuela japonesa con autorización para operar en Sudamérica propuesta por el Ministerio de Educación de Japón. En 1942, el gobierno peruano pro-estadounidense confiscó la escuela Lima Nikko y hoy en día es el Colegio Nacional María Teresa Gonzales de Fanning.
El Colegio “Santa Beatriz” fue fundado el 18 de abril de 1928, también conocido como Jishuryo, se constituyó en Centro Educativo Inicial en el año 1975, albergando desde entonces a niños en edad preescolar, actualmente de 1 a 5 años de edad.
En 1935 ya había 32 escuelas japonesas de construcción moderna con profesores y textos traídos de Japón.Educados según los programas diseñados para los japoneses de ultramar. De los 182 profesores empleados, 133 venían del Japón para enseñar en las escuelas de provincias y en Lima.
Actualmente cuentan en Lima con el colegio La Unión, Centro Educativo Peruano Japonés Hideyo Noguchi, Colegio Peruano Japonés La Victoria; en el Callao con IEP José Gálvez; y en provincias con Colegio Peruano Japonés Matsuyama (Chimbote), IEP Inka Gakuen, (Huaral), y Colegio Nikkei (Huancayo).
Fachada de la escuela Lima Nikko, 1920 Foto: Álbum de Oro 1970
En 1909 operaba el periódico Nipponjin (El japonés), manuscrito sobre papel sulfito o ”papel de oficina”, el primero que fundaban los japoneses en América Latina; luego continuaron Jiritsu (Autonomía, en 1910), Andes Jiho, (La Crónica de los Andes, en 1910), Nichi Shimbun (1929), Lima Nippo y Perú Jiho, (1934), Perú Shimpo (1950) y Prensa Nikkei (1985). Posteriormente se publicaron las revistas Sakura (1953) y Nikko (1954) editadas en castellano. A estas publicaciones le siguió la revista Juventud Nissei de Huancayo que salió a la luz en 1956.
Los primeros inmigrantes habían creado la Asociación Japonesa, integrada por intelectuales y la Asociación Fraternal Japonesa del Perú de carácter abierto, que se unificaron para generar la Sociedad Central Japonesa (Chuo Nihonjinkai), en 1917; en 1984 se decide hacer un cambio estatutario y se asume el nombre de Asociación Peruano Japonesa (Perú Nikkeijin Kyokai), teniendo en consideración que la gran mayoría de descendientes habían nacido en el Perú, formándose el colectivo nikkei sin perder la esencia a pesar de la diversidad de instituciones, entre ellas las heredadas de las diversas prefecturas de la tierra madre.
En 1907 fue fundada la Asociación de Peluqueros Japoneses, la primera agrupación comercial formada. Según el rubro de sus negocios siguieron otras asociaciones que los agrupaban, tales como la Asociación de Comerciantes de Artículos para el Hogar, en 1914; la Cámara de Comerciantes Japoneses de Lima, en 1915; la Asociación de Dueños de Restaurantes y la Asociación de Comerciantes del Mercado Central, en 1919. Todas tenían como propósito la asesoría y representación legal para defender los intereses de los propietarios
Durante el centenario patrio en 1921, se recibía la visita de dos naves japonesas: Asama e Iwate, se iniciaba la primera legación japonesa a cargo del ministro Seizaburo Shimitsu y se donaba un monumento con la estatua de bronce de Manco Capac, situado en la Plaza de Armas del distrito de La Victoria, la misma que se inauguró oficialmente en 1926; el artifice de esta obra fue Ichitaro Morimoto, un hombre de negocios nacido en la prefectura de Tottori y presidente de la comisión encargada de preparar el obsequio de la colonia japonesa al Perú por su centenario.
En 1935, cuando Lima cumplió 400 años de fundada, la colonia japonesa donó una piscina olímpica, “Nippon”, donde hoy se asienta el Estadio Nacional, el principal escenario deportivo del Perú.
En 1940, acicateados por instigadores internacionales se produce un gran derrumbe en las relaciones peruano-japonesa, a raíz que Japón se aliaba con Alemania e Italia y atacaba a las fuerzas estadounidenses en Pearl Harbor. Se produce un saqueo generalizado a los negocios de los japoneses, con serios daños por la violencia física y el robo, generándose una deportación de nipones al campo de concentración de Crystal City en Texas. Las relaciones diplomáticas se rompieron en 1942, y se confiscaron los colegios fundados por la comunidad.
Entre 1941 y 1955 hubo una suspensión de las relaciones peruano japonesas, por la conflagración bélica.
El entonces presidente Fernando Belaunde y los príncipes Akihito y MichiKo cortando la cinta inaugural (Foto: cortesía APJ)
Construcción del Centro Cultural Peruano Japonés el 12 de mayo 1966. Foto: Colección MCIJP
En 1953, con el tratado Internacional de Paz, se restablecen los vínculos del Perú con Japón, Posteriormente, en 1954 se dio una ley para devolver los bienes y capitales confiscados a los japoneses durante la guerra; y en 1958 se permitió el ingreso de 150 nuevos inmigrantes japoneses, pero sólo en el caso que fueran familiares directos de residentes en el Perú.
En 1953, un grupo de visionarios pioneros del Club Pacífico, entidad que agrupaba a japoneses de primera (isesi) y segunda (Nisei) generación comienzan a germinar la idea de crear un gran centro recreacional de nombre “La Unión” (hoy llamado Asociación Estadio La Unión), dentro de un predio del fundo Pando, este hecho memorable hace que la comunidad nikkei se movilice en una conmemorable cruzada para la recolección de fondos y sobre todo en la limpieza del terreno de tal forma que quede expedito para las futuras construcciones deportivas.
En 1965 la Sociedad Central Japonesa recibe del gobierno peruano un terreno de 10 000 m2 en compensación por la expropiación de las escuelas japonesas de Lima. En dicho terreno se inauguró en 1967 el Centro Cultural Peruano Japonés contando con la presencia de los príncipes herederos Akihito y Michiko –hoy emperadores del Japón-.
Desde 1972 la Asociación Peruano Japonesa, con el auspicio de la Embajada del Japón en el Perú y el valioso apoyo de diversas empresas e instituciones, organiza la Semana Cultural del Japón, la actividad anual más importante para la difusión en nuestro país de la milenaria cultura japonesa.
En 1974, recordando el restablecimiento de las relaciones diplomáticas bilaterales, en el Parque de la Exposición se levantó el Jardín Japonés y la Casa de Té; en 1981 se inauguró la primera etapa del Policlínico Peruano Japonés.
Se da inicio la emigración de nikkeis peruanos al Japón en la década del 80. Se calcula que de los casi 100 mil integrantes de la comunidad peruano japonesa, 40 mil nikkeis se fueron a trabajar al Japón.
En 1989, al conmemorarse el 90 aniversario de la inmigración japonesa al Perú, el gobierno de Alan García promulga un Decreto Ley que establecía el 3 de abril como el “Día de la Amistad Peruano Japonesa”. Ese mismo año se coloca la escultura de piedra Gracia Sakura, que da la bienvenida a todos los que ingresan al Centro Cultural Peruano Japonés, y que es además un símbolo de la amistad entre el Perú y Japón.
En 1982 abrió el Centro Recreacional Ryoichi Jinnai; en 1993, entró en servicio el Teatro Peruano Japonés; en 1995, se inauguró la Torre Jinnai, con la visita del filántropo Ryochi Jinnai.
Alberto Kenya Fujimori Inomoto, fue el primer nikkei elegido presidente constitucional del Perú en las elecciones generales de 1990.
En 1999, se conmemoró el primer centenario de la presencia japonesa en el Perú, con actos protocolares en el Congreso de la República y la inauguración del Puente de la Amistad Peruano Japonesa en el Campo de Marte, contando con la presencia de la princesa Sayako.
El 30 de mayo 1999, se coloca la primera piedra de la Clínica Centenario Peruano Japonesa, el 20 de febrero de 2004 se inaugura el edificio, el 22 de diciembre de 2005, en ceremonia pública, se abren de manera oficial las puertas, en 2007 se realiza la remodelación del piso 6 para la implementación de 10 nuevos consultorios para atender a la creciente demanda ambulatoria; en el 2009 se coloca la primera piedra para el inicio de la tercera etapa del piso 10 al 14 de la Clínica y es inaugurada en junio del 2011.
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