Retomando actividades culturales
La Ciudad Prohibida está rodeada por una muralla de más de 3 km de largo
Ubicado en el centro de Beijing, el complejo conocido como Ciudad Prohibida retomó sus actividades al reducirse drásticamente la crisis producida por el coronavirus. En un inicio ingresaban cinco mil personas al día, pero la cifra se incrementó a ocho mil; cabe destacar que antes de la pandemia acogía a 80.000 turistas diariamente.
Debido al cierre de fronteras internacionales, al recinto palaciego acuden únicamente ciudadanos chinos. Los boletos se venden en su página oficial para evitar la aglomeración de gente. Previo al ingreso se verifica la temperatura y se exige el uso de mascarillas y el distanciamiento de 1 metro entre los asistentes.
No solo eso, también resulta obligatorio mostrar el código QR de las aplicaciones Alipay Health Code o Health Kit. Estos softwares confirman el buen estado de salud del visitante e informan si ha estado recientemente en alguna zona de contagio.
El horario es el habitual, de 8:30 a.m. a 5 p.m. El precio del boleto también se mantiene en US$9 de abril a octubre; y US$5,70, de noviembre a marzo. Por otro lado, los tickets para la Galería del Tesoro y el Museo de los Relojes valen US$1,50 cada uno.
La Ciudad Prohibida fue el hogar de los emperadores chinos por cerca de cinco siglos (1420–1912). Asimismo, se trató del epicentro de actividades políticas. Por esa razón, el acceso era restringido y el palacio de más de 70 hectáreas se cercó con una muralla de más de 3 kms de largo y 10 m de alto.
Un millón de trabajadores construyeron este Patrimonio de la Humanidad que luce una arquitectura oriental tradicional. Dato final: 14 millones de personas lo visitaban anualmente.