Evento auspicioso
Foto: Radio Nacional Colombia
Con pantalones cortos y lentes protectores, cuatro hombres colocan un palanquín con un deidad de la fortuna en sus hombros, y atraviesan una nube de petardos dirigidos hacia ellos, una tradición que marca el fin del Año Nuevo Lunar en Taiwán. La insólita celebración es conocida como “el bombardeo del maestro Han Dan” y se practica desde hace más de un siglo en Zhunan, en el noroeste de la isla.
La tradición consiste en lanzar petardos sobre una divinidad y sobre los que la cargan, con riesgo de resultar heridos. La fiesta nació tras una epidemia de peste, explica Chen Chien-long, encargado del comité organizador. “Maestro Han Dan bajó del cielo y le dijo a la gente: ‘Deben bombardear la peste con petardos’”, prosigue. “Los petardos también le dieron calor al maestro Han Dan, que temía el frío”, cuenta. Desde entonces, maestro Han Dan es una deidad de la buena fortuna y las pequeñas detonaciones se consideran de buen augurio. “Cuantos más petardos lancemos, más prósperos seremos”, dice Chen.
La celebración suelen tener lugar al 15º día del Año Nuevo lunar y este año se desarrollaron con cientos de espectadores observando el acto. Tapándose los oídos para protegerse de las fuertes explosiones, intentaron grabar la escena con sus teléfonos inteligentes. A su lado, unas personas vestidas de amarillo con sombreros, guantes y máscaras protectoras encendieron los petardos y los lanzaron contra la procesión.
En el centro, cuatro hombres cargaban la divinidad en sus hombros, decorado con algunas hojas de palma. Los responsables de cargar al maestro Han Dan también traían una escoba para ahuyentar a los malos espíritus. Uno de ellos, Chao Jen-hao, contó que siguió una dieta vegetariana y evitó todo pecado durante tres días con el fin de prepararse al evento.
“Para mí, cargar el palanquín es mostrar mi dedicación”, declaró, insistiendo en que “no hay dolor” cuando las explosiones de los petardos rozan la piel.