Tras finalizar la versión 2020 en Tokio
Medalla de Oro lograda por la parataekwondista Angélica Espinoza. (Foto: Paraolimpic.org)
Desde Tokio por Rosa María Sakuda
París, que acogerá los Juegos Paralímpicos dentro de tres años, ya ha tomado el testigo. Justo antes de que se extinguiera la llama paralímpica en Tokio durante la ceremonia de clausura, la alcaldesa de la capital de Francia, Anne Hidalgo, recibió la bandera paralímpica de manos del presidente del Comité Paralímpico Internacional (CPI), Andrew Parsons.
Cuatro semanas después del final de los Juegos Olímpicos, el cierre puso punto final a los Juegos de Tokio, retrasados también un año y amenazados hasta el final por la pandemia del Covid-19: “Estos Juegos no han sido solamente históricos, han sido fantásticos”, aseguró Parsons alabando a los organizadores y deportistas, que se ganaron los corazones del mundo”. Al término de la competición, se habían entregado 539 medallas de oro, 96 de ellas a China, que lideró el medallero como ha sucedido en cada edición desde 2004.
Más que por las cifras, estos Juegos organizados en condiciones inéditas quedaron marcados por imágenes y emociones fuertes. Como las de los oros conseguidos por la esgrimista italiana ‘Bebe’ Vio y por el saltador alemán Markus Rehm, apodado ‘Blade Jumper’, a quien se le negó su participación en los JJOO por su prótesis de carbono. También atrajeron los focos los dos deportistas afganos participantes en Tokio tras salieron en el último momento de Kabul, cuando ingresaron los talibanes.
Bajo los últimos destellos de la llama paralímpica antes de su extinción, las banderas de las 163 delegaciones, entre ellas Perú, desfilaron en el Estadio Nacional, ante un total de cinco mil espectadores, con una escenario de “desorden preconcebido”, con un decorado con paisajes de la urbe tokiota, una urbe conde brillan las diferencias.
Entre los miembros de las delegaciones, los trabajadores, los invitados y los medios de comunicación, unas 5.000 personas se congregaron en el estadio, que fue el escenario de un espectáculo variopinto y colorido.
Para despedir los Juegos, los organizadores escenificaron un desorden organizado, en medio de un decorado que evocaba el paisaje urbano de Tokio, “una ciudad donde brillan las diferencias”, según la temática dispuesta. En contrapartida,, una mínima multitud asistió a la ceremonia en
Historia
Si bien Japón sumó 51 medallas (13 de oro, 15 de plata y 23 de bronce), no pudo igualar la marca propia de los Paralímpicos de Atenas-2004. Recordemos que el país del Sol Naciente no compitió en los que de manera retroactiva han sido llamados los I Juegos Paralímpicos de Verano que se celebraron en Roma en 1960. No obstante, Tokio acogió los siguiente en 1964, cuando se conocieron oficialmente, por primera vez, como “Paralímpicos”.
En aquella entonces, 378 deportistas de 21 países fueron partícipes en tan solo nueve eventos. Los Juegos Paralímpicos han evolucionado, y si antes ponían énfasis en la rehabilitación, ahora se han convertido en una cita deportiva altamente competitiva. El número de disciplinas, así como de países y atletas participantes, ha crecido en forma paulatina.
Presea peruana
Perú conquistó una Medalla de Oro lograda por la parataekwondista Angélica Espinoza, distinción que se alcanza luego de 21 años (desde Sidney 2000, con Jimmy Euler), y las cinco diplomas paralímpicos obtenidas.
Los once paradeportistas que representaron al Perú dieron todo en pos de alcanzar la gloria. Cada uno de ellos batallaron y demostraron que en la vida no hay límites cuando se quiere triunfar. Los once representantes terminaron, incluyendo la presea dorada, y los diplomas de reconocimiento a Rodrigo Santillán (natación), Rosbil Guillén (atletismo-5000 metros), Israel Hilario (ciclismo) y Efraín Sotacuro (atletismo-maratón).