Misión sin precedentes
La Agencia de Exploración Espacial de Japón (JAXA, siglas en inglés) se congratuló del arribo de muestras de un asteroide a la Tierra, recolectadas por la sonda espacial Hayabusa-2 durante una misión inusual. La cápsula que contenía las preciosas muestras, tomadas en un asteroide lejano, llegó después de ser arrojada por la sonda.
Los científicos esperan que las muestras, un máximo de 0,1 gramos de material, puedan ayudar a arrojar luz sobre el origen de la vida y la formación del universo. “Después de seis años de viajes espaciales, la caja de los tesoros pudo aterrizar en Woomera, Australia”, dijo Yuichi Tsuda, responsable del proyecto Databus-2.
La cápsula que transportaba muestras entró en la atmósfera y creó una bola de fuego, similar a una estrella fugaz, en su camino hacia el lugar planificado para el rescate. Poco después, JAXA confirmó que las muestras habían sido recuperadas, con la ayuda de las balizas emitidas por la cápsula cuando cayó en picada después de separarse de Hayabusa-2.
La sonda, del tamaño de una nevera, estaba a aproximadamente 220 mil kilómetros de distancia: “La cápsula aterrizó en forma perfecta y la sonda se está moviendo hacia otra misión”, dijo Tsuda. La cápsula, recuperada en el desierto del sur de Australia, estará ahora en manos de científicos que realizarán un análisis inicial, incluída la verificación de posibles emisiones de gas.
Hayabusa-2 se lanzó en 2014, desde el asteroide Ryugu, a unos 300 millones de kilómetros de la Tierra. En este asteroide, la sonda recolectó tanto polvo de la superficie como material de debajo de la superficie, agitado al disparar un “impactador” en el asteroide. Se cree que el material no ha cambiado desde el momento en que se formó el universo.