Ante ausencia de descendientes varones de los emperadores
Foto. AP Tokyo Photos. Shizuo Kambayashi
Los cimientos de la milenaria casa imperial japonesa están en entredicho. La falta de varones herederos (solo hay dos aparte del actual emperador, el otro es el príncipe Akishino) pone en peligro la sucesión dinástica, que lleva dos mil años en el trono por lo que el debate sobre la reforma del sistema de sucesión mantiene en vilo a la población.
El Gobierno trata de encontrar fórmulas que garanticen la supervivencia de las tradiciones, pero descartan abolir la ley sálica, lo que permitiría a una mujer acceder al trono. Los expertos han valorado la situación y han tenido dos ideas, un tanto polémicas según los sectores más progresistas que ven precisamente en la desaparición de la ley sálica la solución más lógica.
Una de las cuestiones que se plantea, según la agencia de noticias Kyodo, sí tiene que ver con las mujeres de la familia imperial a quienes se plantea permitir que conserven su posición real aunque se casen con un plebeyo. Así sus hijos entrarían en la línea de sucesión, algo que no ocurre desde 1947. Hace solo unos días The Japan Times asegurara que la princesa Mako, sobrina del emperador Naruhito y la hija mayor del príncipe heredero Akishino, contraerá matrimonio con su novio, el abogado Kei Komuro, a finales de este año. Esto supone que perderá su puesto en la familia real y las funciones de representación al contraer matrimonio con un hombre que no pertenece a la familia imperial.
“Si no aseguramos un cierto número de miembros de la familia imperial de esta manera, no habrá suficientes personas de la realeza con derecho a apoyar al príncipe Hisahito en sus labores”, explican fuentes cercanas al Gobierno.Esta opción facilitaría a Mako, próximo a cumplir 30 años de edad, mantener sus títulos, e igual que harían su hermana Kako, de 26, y su prima Aiko, de 19 años e hija del emperador Naruhito, cuando se casaran.