RECIBIENDO EL 2023 EN HIEL0

La ciudad congelada de Harbin

Un gélido viento siberiano llegó como invitado sorpresa justo antes de las 12 campanadas, del 31 de diciembre. Nadie lo esperaba. Y mucho menos se le echaba en falta porque las temperaturas ya marcaban los 22 grados bajo cero.
Entrar al 2023 desde la ciudad de hielo más grande del mundo solo se puede hacer en China. Exactamente, en el noreste, en Harbin, capital de la provincia de Heilongjiang, un vasto territorio que comparte una frontera de casi 3 000 kilómetros con Rusia. Es como estar en el País de las Maravillas pero cubierto por 220 000 metros cúbicos de hielo y nieve. El escenario recuerda la película de Frozen.
Todos los años, desde diciembre hasta enero, en la orillas del río Songhua se levanta el Festival Internacional de Hielo y Nieve de Harbin. Se extiende por alrededor de 80 hectáreas y se lleva celebrando desde 1963, aunque interrumpido durante la Revolución Cultural.
Durante la Nochevieja, los palacios helados sacados de cuentos de hadas estaban iluminados con luces caleidoscópicas. La gran atracción era una noria gigante, donde la cola de espera para subirse excedía las dos horas. Al día siguiente, con la luz del sol, la ciudad se volvió cristalina, pudiendo apreciar la hilera de edificios de tamaño real construidos con gruesos bloques de hielo.
En Harbin, antes de que se levantara la primera casa, había una estación de tren construida por los rusos. Eso fue en 1898. Hasta entrado el siglo XX los colonos de Moscú no fundaron esta ciudad, que presenta un telón de fondo arquitectónico de esplendor zarista, lleno de iglesias ortodoxas rusas y edificios neoclásicos de estilo europeo. La hambruna y sobreproblación que había en el centro de China durante los últimos años de la dinastía Qing (Ching) expulsaron a los campesinos de las provincias de Shandong y Hebei, que marcharon al norte, llenando las calles de Harbin, que ahora alcanza una población de 12 millones.
Al igual que en el festival de hielo, las frías calles comerciales de la ciudad china más rusa vuelven a una normalidad que no se veía desde hace mucho tiempo. Por primera vez en tres años, los residentes de Harbin, como los del resto de las grandes urbes del país, ya han aprendiendo a convivir con la Covid. Lo hará también la China más rural, con el retorno al lar paterno por el Año Nuevo chino.

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